Como hijos que todos somos, en algún momento hemos de vivir la adolescencia, esto sino es que la estamos viendo. Comúnmente al convivir con nuestros padres y en la mayoría de los casos estudiar, dependemos de ellos, pero hay quienes se aprovechan pidiéndoles a sus padres dinero para cosas que posiblemente no necesiten sin importarles el esfuerzo ellos hacen para poder llevar dinero a su casa.


Por el contrario hay padres de familia les dan todo lo que pidan, creyendo que a lo mejor las cosas materiales van a sustituir su ausencia.

Celulares de última generación, minicomputadoras, ropa y tenis de marca y muchas otras con las que según los chicos y chicas “están de moda”.

Tanto se quejan de la delincuencia en las calles, pero no se dan cuenta que son los mismos padres los que permiten que esto suceda, si un estudiante no lleva un celular muy costoso al colegio o tenis de marca que en la mayoría del tiempo es solo para lucirlas, ¿qué les van a robar? ¿No evitarían así el peligro, al menos en un gran porcentaje?

Padres de familia que no les ponen un alto a sus hijos, que les dan de todo, sin enseñarles que las cosas deben aprender a ganárselas. Hay quienes hasta hacen préstamos para pagar tarjetas de crédito que tienen los hijos y que solo ellos saben en que gastan el dinero.

¿Saben estos adolescentes lo que cuesta que un papá o una mamá se gane el salario, todo el esfuerzo que ellos hacen? Quizá si, pero ni lo toman en cuenta.

No voy a decir que todos los adolescentes sean iguales, hay quienes trabajan o se ganan su “mesada”, ya sea para una semana o un mes, que deben ver como la administran porque saben que eso les ha de alcanzar; ahí si, cuidan el dinero, porque si lo gastan, no hay más ¿por qué no lo hacen con el dinero de sus padres también entonces?